A principios de los 50, los bajos precios del diesel que se practicaban en Europa y la escasez de gasolina, debido a la guerra en Corea, llevaron a Volkswagen a apostar por el motor diesel. Junto a Porsche, bautizaron el proyecto como Typ 508. El resultado: un motor exclusivo, que, a pesar del ruido, tenía un consumo muy satisfactorio. Entregó 25 caballos de fuerza (el Beetle convencional entregaba 36 hp) y alcanzó un máximo de 3300 revoluciones por minuto. El 0-100 km / h se logró en unos dolorosos 60 segundos ...
Más tarde, el actual presidente de Volkswagen, Heinz Nordhoff, llegó a la conclusión de que el vehículo no se vendería en Estados Unidos porque era ruidoso, lento y muy contaminante. El proyecto fue eventualmente abandonado.
En 1981, Porsche, con motivo de su 50 aniversario, ofreció 50.000 marcos alemanes a Robert Binder para reconstruir el primer motor diésel de Volkswagen. El objetivo era meterlo en un Beetle de 1951, operación que resultaría exitosa a pesar de que era muy difícil de realizar.
Hoy, a pesar de ser funcional, el “Volkswagen Käfer Diesel” naturalmente no pasa las pruebas de emisión de contaminantes. Aún así, los nostálgicos pueden encontrar el vehículo en exhibición en el Museo Porsche.
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