La marca británica marca el final de la producción de la actual generación de MINI, después de 1.863.289 unidades fabricadas, entre 2001 y 2013.
En días pasados, cuando un Rey moría, la gente gritaba: "¡El Rey ha muerto, viva el Rey!" Una práctica común, en lo que fue una especie de legitimación del sucesor del malogrado Rey. Aquí no estamos hablando de reyes o reinas, estamos hablando de la muerte y renacimiento de MINI, el histórico pacto inglés. Una analogía que tiene mucho sentido cuando hablamos de un modelo nacido en la tierra de «Su Majestad».
1.863.289 unidades más tarde llega a su fin la actual generación MINI, un viaje comercial que duró 10 años, con un ligero lavado de cara en 2006, que marca la salida de la última unidad de la generación actual a la fábrica de Oxford con pompa y circunstancia.
La marca británica, que ahora está en manos de BMW, espera que su sucesor, ya presentado y programado para la venta en la primavera de 2014, experimente un éxito comercial aún mayor que esta generación. Para ello, BMW invirtió 901 millones de euros en la modernización de las unidades de producción en Reino Unido: Oxford (montaje final), Swindon (arnés y carrocería) y Hams Hall (montaje de motores). Ahora esperamos que la gente acepte con la misma firmeza al sucesor del que fue el "Rey de los MINIS modernos".