Fábio Martins es un joven diseñador portugués que concibió, como parte de su Máster en Diseño de Producto en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Lisboa, una propuesta de vehículo patrullero urbano para la PSP, al que denominó Volkswagen Interceptor.
El proyecto se inició precisamente entrevistando a varios policías para comprender los problemas de las unidades actuales - derivadas de los autos de producción - y si sería necesario agregar otros elementos a los vehículos. Entre los problemas más reportados se encuentran los relacionados con la ergonomía en el interior y la ausencia de elementos que contribuyan a convertirlos en los vehículos especializados ideales para patrullas urbanas y rurales.
La solución encontrada resultó en un vehículo compacto, ideal para las calles estrechas de nuestras ciudades y práctico. Si el nombre elegido, Volkswagen Interceptor, trae imágenes de una máquina con un enorme V8 en una carretera desierta con un tipo llamado “Mad” Max al volante, esta propuesta no podría estar más lejos de este escenario.
En lugar de una apariencia cinematográfica apocalíptica o una inspiración militarizada, el Interceptor de Fábio Martins es mucho más amigable. Se elimina la agresividad y la intimidación visual para una relación mucho más pacífica y cercana con los ciudadanos. Los contornos generales revelan una minivan, pero con una apariencia más robusta similar a la que podemos encontrar en los SUV actuales.
La distancia al suelo es generosa y los neumáticos (run flat) revelan un perfil alto, perfectamente adaptado a nuestro tejido urbano que, como sabemos, no es el más amigable para nuestras ruedas y suspensiones.
El cuidado puesto en la integración de todos los elementos se puede ver, por ejemplo, en las luces de emergencia, que, a pesar de ser visibles, se colocan más discretamente en el techo que las “luciérnagas” y rejas que existen actualmente. La luneta trasera y la parte inferior del parabrisas también sirven para transmitir la información más diversa. Se garantizaría una excelente visibilidad y asientos más cómodos durante largos períodos de uso, a pesar de su apariencia deportiva y delgada.
En términos de motorización, el Interceptor de 'Producción' estaría equipado con motores eléctricos integrados en las ruedas de Elaphe. La batería ubicada en la parte inferior del Interceptor sería extraíble y se cambiaría por una cargada en el escuadrón cada 300 km, o tres vueltas. Sería la solución para que los Interceptores nunca se detuvieran, dado el reducido número de vehículos por escuadrón. La batería extraída se cargaría en la propia comisaría. Gracias, Fábio, por la aclaración.
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