Durante casi veinte años, los modelos a la venta en Europa han tenido que cumplir con las normas de seguridad impuestas por la Euro NCAP . En ese tiempo, el número de accidentes mortales en las carreteras europeas se redujo de 45.000 a mediados de la década de 1990 a alrededor de 25.000 en la actualidad.
A la vista de estos números, se puede decir que en este período de tiempo, las normas de seguridad impuestas por Euro NCAP ya han ayudado a salvar alrededor de 78 000 personas. Para mostrar la enorme evolución que ha experimentado la seguridad del automóvil en el espacio de dos décadas, Euro NCAP decidió utilizar su mejor herramienta: una prueba de choque.
Entonces, por un lado, Euro NCAP colocó un Ford Fiesta de la generación anterior (Mk7) y por el otro un Ford Fiesta 1998 (Mk4). Luego enfrentó a los dos entre sí en un enfrentamiento cuyo resultado final no es demasiado difícil de adivinar.
20 años de evolución significa supervivencia
Lo que crearon veinte años de pruebas de choque y estándares de seguridad más estrictos fue la posibilidad de salir con vida de un choque frontal de 40 mph. El Fiesta más antiguo demostró ser incapaz de garantizar la supervivencia de los pasajeros, ya que, a pesar de tener un airbag, toda la estructura del automóvil se deformó, con la carrocería invadiendo la cabina y empujando el tablero sobre los pasajeros.
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El Fiesta más reciente destaca la evolución que se ha producido en los últimos veinte años en materia de seguridad pasiva. No solo la estructura resistió mucho mejor el impacto (no hubo intrusión en la cabina), sino que las numerosas bolsas de aire presentes y sistemas como el Isofix aseguraron que ningún ocupante del último modelo corriera riesgo de muerte en una colisión similar. Aquí está el resultado de esta prueba de choque generacional.