Más cerca de la producción, el Purosangue marcará el comienzo de una nueva era en Ferrari, estableciéndose como el primer SUV de la marca italiana. Sin ningún antepasado directo, tiene en el peculiar Jerrari lo más parecido a un antecesor.
El Ferrari Jerrari fue el resultado de otro “choque” de opiniones entre el famoso Enzo Ferrari y uno de sus clientes (el “enfrentamiento” más famoso dio lugar a Lamborghini).
El propietario del casino, Bill Harrah, vio a uno de sus mecánicos destruir su Ferrari 365 GT 2 + 2 de 1969 en un accidente durante una tormenta de nieve cerca de Reno, EE. UU. Ante este accidente, Harrah pensó que “el ideal para estas condiciones era un Ferrari 4x4”.
Cuenta la leyenda que Bill Harrah estaba tan convencido de la genialidad de su idea que se puso en contacto con Enzo Ferrari para que la marca pudiera hacerle un coche con esas características. No hace falta decir que, como hizo con Ferrucio Lamborghini, “il Commendatore” respondió con un claro “no” a tal solicitud.
el Jerrari
Descontento con la negativa de Enzo Ferrari pero todavía "enamorado" de las líneas del modelo de Maranello, Bill Harrah decidió resolver el asunto él mismo y pidió a sus mecánicos que instalaran la parte delantera del 365 GT 2 + 2 accidentado en la carrocería de un Jeep Wagoneer, creando así un “SUV Ferrari”.
Llamado Ferrari Jerrari, este producto de "cortar y coser" también recibió el V12 de 320 hp de Ferrari, que se asoció con la transmisión automática de tres velocidades utilizada por el Wagoneer y envió su par motor a las cuatro ruedas.
Unos años más tarde, el Jerrari eventualmente perdería el V12 por otro Jeep Wagoneer (éste sin la parte delantera de un Ferrari y conocido como Jerrari 2), pasando al Chevrolet V8 de 5.7 litros que aún lo anima hoy.
Con tan solo 7000 millas en el odómetro (cerca de 11 mil kilómetros), este SUV "emigró" en 2008 a Alemania, donde actualmente busca nuevo dueño, estando a la venta en la web de Classic Driver, pero sin que se revele su precio.
