En una era en la que las salas de juegos aún podían rivalizar con las consolas y cuando el teléfono celular era poco más que un espejismo, lo último que esperaba encontrar dentro de un automóvil era una pantalla táctil. Sin embargo, este fue precisamente uno de los principales puntos de interés de la Buick Riviera.
Pero, ¿cómo terminó una pantalla táctil en un automóvil en la década de 1980? Todo empezó en noviembre de 1980 cuando los directivos de Buick decidieron que a mediados de la década querían ofrecer un modelo equipado con la mejor tecnología que tenían para ofrecer.
Al mismo tiempo, en una planta de Delco Systems en California, se estaba desarrollando una pantalla sensible al tacto, especialmente diseñada para su uso en automóviles. Consciente de las intenciones de Buick, Delco Systems presentó a principios de 1981 un prototipo del sistema a los ejecutivos de GM (el propietario del Buick) y el resto es historia.
En 1983 se definieron las especificaciones del sistema; y en 1984 GM lo instaló en 100 Buick Rivieras que fueron enviados a los distribuidores de la marca para escuchar las reacciones del público a una tecnología tan innovadora.
Un sistema (muy) completo
Las reacciones, suponemos, habrán sido positivas. Tan positivo que en 1986 la sexta generación del Buick Riviera trajo consigo esta tecnología que parecía sacada directamente de una película de ciencia ficción.
Nombrado Centro de Control Gráfico (GCC), el sistema que equipó el modelo norteamericano tenía una pequeña pantalla negra con letras verdes de 5 ”y usaba tecnología de rayos catódicos. Con una memoria de 32 mil palabras, ofreció muchas de las funciones a las que se puede acceder en una pantalla táctil moderna.
¿Aire acondicionado? Fue controlado en esa pantalla. ¿Radio? Obviamente ahí fue donde elegimos la música que escuchábamos. ¿Computadora de a bordo? También fue en esa pantalla donde lo consultamos.
El Buick Riviera que tenía la pantalla táctil.
El sistema estaba tan avanzado para la época que incluso había una especie de "embrión" del sistema de navegación. No nos mostraba el camino, pero si ingresábamos al inicio del viaje la distancia que íbamos a recorrer y el tiempo estimado de viaje, el sistema nos informaría en el camino cuánta distancia y tiempo nos quedaba hasta llegar al destino.
Además de esto, una advertencia de exceso de velocidad y un juego completo de medidores estaban disponibles para informarnos del estado del automóvil. Con una notable capacidad de respuesta (en algunos aspectos, mejor que la de algunos sistemas actuales), esa pantalla también contaba con seis teclas de atajo, todas para facilitar su uso.
Muy “adelantado a su tiempo”, este sistema también fue adoptado por el Buick Reatta (producido entre 1988 y 1989) e incluso pasó por una evolución - el Centro de Información Visual - que fue utilizado por el Oldsmobile Toronado.
Sin embargo, el público no parecía del todo convencido por esta tecnología y por eso GM decidió abandonar un sistema que, unos 30 años después (y con las evoluciones necesarias), se volvió “obligatorio” en prácticamente todos los automóviles.