Poco a poco, el futuro del Mazda MX-5 se va aclarando y, al parecer, la quinta generación del famoso roadster japonés (NE) seguirá siendo fiel al motor de combustión, para el deleite de muchos fanáticos del modelo.
Para eso, el MX-5 contará con el avanzado Skyactiv-X, un motor de gasolina que funciona (en parte) como un Diesel, y que la marca Hiroshima ya había prometido llevar a más modelos además del Mazda3 y CX-30. ¿Cuál es la condición para adoptar Skyactiv-X? El modelo tiene que ser desarrollado con este motor "en mente".
Pero como vimos en la iteración más reciente de Skyactiv-X, también en el futuro MX-5 se asociará a un sistema híbrido suave, marcando así la llegada de la electrificación para el roadster japonés, pero lejos del enchufe- en híbrido o incluso en el 100% eléctrico del que se ha llegado a hablar.
¿Adiós versión entrante?
Si se confirma la adopción del Skyactiv-X, lo más probable es que se convierta en el único motor disponible, es decir, la “despedida” del Skyactiv-G con 1,5 ly 132 CV como versión de entrada.
Y teniendo en cuenta que, hasta ahora, el Skyactiv-X solo existe con 2,0 l de capacidad, podría significar un reposicionamiento al alza del roadster más asequible del mercado.
¿Podría Mazda desarrollar una variante más pequeña del motor? Tendremos que esperar. El único desarrollo oficialmente conocido del Skyactiv-X sigue precisamente la dirección opuesta: seis cilindros en línea y 3,0 l de capacidad.
El Skyactiv-X produce hoy 186 CV, en línea con los 184 CV del más potente del MX-5, equipado con el 2.0 l Skyactiv-G. Sin embargo, entrega 240 Nm de par, mucho más que los 205 Nm del Skyactiv-G y disponible en un régimen más favorable.
¿El otro gran beneficio de usar Skyactiv-X? Consumos y emisiones cómodamente inferiores a los del Skyactiv-G, como se puede ver hoy en el Mazda3 y CX-30.
Por lo demás, además de la delicada cuestión del motor para hacer frente a estos tiempos cambiantes, el Mazda MX-5 seguirá siendo el mismo: motor delantero, tracción trasera y caja de cambios manual. Y, por supuesto, la preocupación habitual por el peso.