Hoy en día, con la excepción de los coches eléctricos (por razones obvias), casi todos los coches a la venta utilizan sobrealimentación. La fórmula es simple: motores más pequeños, cuyos compresores aumentan la eficiencia al forzar el aire a la cámara de combustión.
Pero no siempre fue así. Y como ocurre en la mayoría de los casos, los primeros modelos en recibir nuevas tecnologías son los deportivos. Volkswagen quería comenzar a producir motores sobrealimentados, pero el público en general se volvió loco por los motores pequeños con poderes que avergonzaban a los bloques más grandes.
Así, el primer Volkswagen en recibir esta tecnología fue el Volkswagen Polo G40. Un pequeño vehículo utilitario lleno de "sangre en las branquias". Y gran parte de esa "sangre en las branquias" provino precisamente del motor.
Volkswagen desarrolló específicamente para el Polo G40 una evolución del motor de cuatro cilindros de 1.3 litros, agregando un compresor volumétrico G responsable de comprimir aire en la cámara de combustión.
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Este compresor permitió que el pequeño motor 1.3 admitiera una mayor mezcla aire / combustible, y así lograr una combustión con mayor energía. Todo esto estaba controlado por una gestión electrónica que Volkswagen denominó en su momento Digifant.
Una prueba de fuego para el Volkswagen Polo G40
La tecnología se desarrolló, los ingenieros estaban convencidos y Volkswagen también. Pero había un problema. Los clientes de la marca miraban con recelo la fiabilidad de un motor de 1,3 litros que era capaz de superar los 113 CV de potencia.
Para despejar toda duda, Volkswagen decidió poner a prueba su tecnología. Tres Volkswagen Polo G40 tendrían que ser capaces de funcionar las 24 horas, en circuito cerrado, a más de 200 km / h. ¡Alguna vez!
La ubicación elegida fue la pista Enra-Lessien. Fue en este circuito donde el Volkswagen Polo G40 logró cumplir el objetivo marcado por la marca. Más concretamente, alcanzando una media final de 207,9 km / h.
El primer paso de una tecnología que llegó para quedarse
Las pruebas con los tres Volkswagen Polo G40 fueron un éxito. Un éxito que tuvo su origen en el lanzamiento del Polo G40 y, en 1988, el Volkswagen Golf G60, el Passat G60 Synchro y, más tarde, el mítico Volkswagen Corrado G60.
Hoy en día no existe ningún motor Volkswagen que no utilice sobrealimentación. Pero el primer capítulo no podía ser más interesante: el pequeño, diabólico y complejo de conducir el Volkswagen Polo G40. Un coche con el que he tenido algunas peleas que puedes recordar aquí. Fue trazado, créanme ...