La generación 996 del Porsche 911 puede que sea incluso una de las más “despreciadas” por los fanáticos de la marca, pero no ha perdido su importancia en la ya larga historia del icónico modelo alemán.
Al fin y al cabo, era la primera generación del 911 con motor refrigerado por agua, la primera en renunciar a los faros redondos y arrancaba la saga GT3, factores que ya le garantizaban un lugar especial en la historia del modelo. El hecho de que también fuera la base del único 911 blindado en producción solo aumenta su importancia.
Bueno, a mediados de la década de 1990, Porsche decidió aceptar el pedido de uno de sus clientes y desde un 911 (996) pintado en un llamativo “Dragonfly Turquoise Metallic” creó el único 911 a prueba de balas en producción.
El cristal (mucho) más grueso denuncia que este 911 (996) no es igual que el resto.
¿Cómo se hizo?
Actualmente parte de la colección del Museo Porsche, este Porsche 911 (996) nació como cualquier otro modelo de su generación, habiendo sido elegido arbitrariamente fuera de la línea de producción antes de convertirse en antibalas.Para asegurarse de que este 911 Carrera pudiera dar servicio al famoso James Bond, Porsche lo equipó con un vidrio reforzado de 20 mm de espesor especialmente diseñado para él.
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Para asegurarse de que la carrocería fuera capaz de detener las balas, Porsche recurrió a un material compuesto llamado Dyneema. A pesar de pesar lo mismo que el acero, el acero es 15 veces más resistente.
A pesar de ser casi invisible, todas estas transformaciones permitieron, según Porsche, hacer que este 911 (996) fuera capaz de detener proyectiles de una pistola de 9 mm o un revólver Magnum .44.
No hay belleza sin falta
Con un interior similar al de otros 911 contemporáneos (y repleto de equipamiento), la principal diferencia a bordo de este ejemplo único es el hecho de que es más silencioso, cortesía del vidrio (mucho) más grueso.
Como era de esperar, toda esta protección “pasa” una factura, con el peso de este Porsche 911 (996) Carrera yendo a más del doble: 1.317 kg se disparó a 2.722 kg. A pesar de esto, continuó confiando en el motor de seis cilindros y 3,4 l con 300 hp y 350 Nm; claramente merecía una actualización al motor 911 (996) Turbo de 420 hp, que se lanzaría más tarde.
Sin seguimiento, el proyecto de un 911 blindado (996) siguió siendo único por dos razones muy simples: no había demanda de un 911 blindado y el precio era exorbitante. No es de extrañar que la elección típica en ese momento fuera una berlina de cuatro puertas, y probablemente como una estrella de tres puntas luciendo el capó.