Actualmente, Bugatti se encuentra en Molsheim, en la Alsacia francesa, en el Château Saint-Jean, un edificio tan imponente como el Chiron y todos sus derivados. Pero no siempre estuvo aquí.
En 1990, bajo la supervisión del empresario italiano Romano Artioli, que adquirió Bugatti tres años antes, se inauguró la fábrica de Campogalliano, en la provincia de Módena, Italia.
El edificio fue impresionante, tanto desde el punto de vista arquitectónico como por las puertas que le abrió a la marca. Pero el primer y único automóvil que se construyó allí, el EB110, resultó ser un “fiasco”, en ventas, no técnicamente, y solo se vendieron 139 unidades.
En los años siguientes, con la recesión económica, Bugatti se vio obligado a cerrar sus puertas, con deudas que rondaron los 175 millones de euros. La fábrica fue finalmente vendida en 1995 a una inmobiliaria que también iría a la quiebra, dejando el local abandonado. Las imágenes de este abandono se pueden ver en el siguiente enlace:
Ahora, 26 años después, la antigua fábrica de Bugatti Automobili S.p.A será restaurada y transformada en un museo y centro cultural multimarca.
Marco Fabio Pulsoni, actual propietario de los edificios Fábrica Azul, como se le conoce, aprovechó el 30 aniversario del Bugatti EB110 para anunciar que el espacio será renovado y que la iniciativa incluso “ha sido presentada al Ministerio de Patrimonio Cultural. ”.
Marco Fabio Pulsoni, propietario de la antigua fábrica de BugattiLa fábrica mantendrá su aspecto original por fuera, pero por dentro se irá adaptando a su nuevo rol, con una serie de cambios que respetan su pasado. El proyecto que acaba de empezar consiste en crear un museo aquí, en Campogalliano.
La transformación de la fábrica también cuenta con el apoyo del empresario estadounidense Adrien Labi, coleccionista de automóviles, que en 2016 ganó un premio en el prestigioso Concorso d'Eleganza Villa d'Este con su Lamborghini Miura.