Repsol cambia el envase del lubricante. Nueva gama ya está disponible

Anonim

Repsol ha renovado la imagen de toda su gama de lubricantes, destacando los nuevos envases más sostenibles y ergonómicos.

La parte referida a la sostenibilidad se refiere a la introducción en su producción de un nuevo material elaborado a partir de residuos plásticos, que se incorpora en resinas vírgenes, con el fin de mantener las mismas características que el nuevo material.

Los nuevos envases de lubricantes de Repsol incorporan ahora un 10% menos de plástico nuevo, reduciendo su impacto medioambiental y reforzando el compromiso de la compañía con la economía circular.

Líder en la Península Ibérica

Repsol es líder en la venta de lubricantes en la Península Ibérica, con una cuota de mercado del 26% en España y del 19% en Portugal en 2020. El negocio de lubricantes es el más internacional de la compañía, operando en casi 80 países, que sigue creciendo en 2020, a pesar de la crisis pandémica.

La renovación de la imagen de sus lubricantes fue también una oportunidad para reorganizar la gama de productos y permitirles estar mejor identificados, utilizando diferentes colores: dorado, azul y plateado para todos los vehículos ligeros, naranja para motos y negro para vehículos pesados.

El nuevo embalaje también incluye nuevas etiquetas con nuevos precintos e información técnica para facilitar su compra.

La reorganización de la gama de lubricantes se centró en su simplificación. Así, la gama de lubricantes para vehículos ligeros se redujo de siete a cuatro gamas (Master, Elite, Leader y Driver), para motocicletas se redujo de seis a tres gamas (Racing, Smarter y Rider) y, finalmente, para vehículos pesados. se ha reducido de siete a solo un rango, llamado Gigante.

La parte ergonómica consta de un asa lateral rediseñada y cubiertas de embalaje, que se han estandarizado para facilitar el vertido de lubricante en el motor.

Los nuevos envases se enviarán desde las fábricas de Repsol en España (Puertollano), México, Singapur e Indonesia.

En el caso del Complejo Industrial de Puertollano, España, Repsol invirtió un millón de euros para adecuar todos los procesos internos de la planta, adaptando así la producción de lubricantes.

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