Un despertador diferente. En los años 70, los vecinos del barrio lisboeta de Campo de Ourique tenían una rutina matutina diferente a la del resto de la ciudad. En el Campo de Ourique no se necesitaban despertadores.
En el tranquilo barrio del Campo de Ourique, la madrugada estuvo a cargo de Américo Nunes, el “Señor de los Porsche”, nueve veces campeón nacional de rally y velocidad.
Todos los días, a la misma hora, Américo Nunes despertaba al barrio con el rugido de los motores Porsche.
Así era todos los días. Poco después de las 6:30 de la mañana, con la precisión de un reloj, Américo Nunes puso en marcha el motor de su Porsche.
Fue el sonido que emanaba de los escapes de sus autos de competencia - que también eran sus autos del día a día - lo que dio origen a la madrugada en las cuadras vecinas.
Un despertar diferente que aún hoy los habitantes más antiguos de este barrio recuerdan con nostalgia.
Un regreso al pasado
Casi 50 años después, las calles del barrio Campo de Ourique volvieron a rugir con el sonido de un motor Porsche.
André Nunes, nieto de Américo Nunes, decidió llevar el Porsche Carrera 6 hasta la puerta de su abuela para celebrar el Día de la Madre, un proyecto de restauración realizado por él y su padre, Jorge Nunes, hijo de Américo Nunes, durante más de 5 años.
En total, el Porsche Carrera 6, que descansa todos los días en la Rua Maria Pia, recorrió menos de 50 metros, desde la grúa que lo llevó hasta la puerta del edificio donde vivía Américo Nunes.
Una distancia corta, pero aún más que suficiente, para que todo el vecindario se acercara a la ventana y escuchara ese sonido familiar nuevamente.
En ese momento me di cuenta de que el recuerdo de Américo Nunes sigue muy vivo, no solo en el corazón de los amantes del automovilismo, sino también en el corazón de Lisboa.
Aunque el momento fue breve, hubo quienes, incluso a la distancia de una ventana, no pudieron contener su emoción. “Recuerdo muy bien al señor Américo, un señor muy educado. Le dije a mi esposo “es hora de despertar” cada vez que escuché el ruido de estas “bombas”, recordó un vecino del barrio, quien insistió en seguir todo desde la ventana del segundo piso.
No son solo autos
Fue aquí abajo, en la planta baja del edificio de enfrente, donde tuvo lugar el momento más memorable. Casi 50 años después, el Porsche Carrera 6 regresó a Campo de Ourique.
André Nunes salió de su volante bajo la mirada incrédula de su abuela, que lo esperaba en la ventana. ¿Porque hoy? Esta fue la forma que encontró André Nunes para honrar a su abuela y celebrar el Día de la Madre.
Fue en esta misma calle, desde esa misma ventana, que todos los días la esposa de Américo Nunes veía llegar a su esposo, ahora del trabajo, ahora de una carrera. Y fue allí, a plena vista, llueva o truene, donde el Porsche Carrera 6 descansaría hasta la próxima carrera.
Pude testificar que Campo de Ourique todavía recordaba a este "vecino amarillo". Éste y muchos otros lucen con orgullo las pegatinas de los patrocinadores y los males de un fin de semana de carreras.
Hoy no ha bajado del coche Américo Nunes, ha sido su nieto. En su mano, André Nunes no tenía trofeo, tenía algo más valioso: muchos recuerdos y un abrazo fuerte.
Sobre las palabras que siguieron, entre abuela y nieto, no escribiré. Me quedo con las risas que escuché en el barrio, las miradas que presencié y la certeza de que los autos son mucho más que meros objetos.
Es por reacciones como estas que Jorge Nunes y André Nunes no tienen la intención de darle un descanso al Porsche Carrera 6. Sportclasse tiene un ambicioso programa de asistencia planeado para este histórico clásico de carreras.
Como nos confió André Nunes, “hemos restaurado la Carrera 6 para ser compartida”. Los amantes de los coches solo podemos agradecer a las tres generaciones de la familia Nunes y SportClasse esta dedicación, que ya tiene más de medio siglo de historia.
¿La mejor parte de todo esto? La historia continúa ...