Tras 88 años integrado en el gigante estadounidense General Motors, Opel tendrá un claro acento francés, como parte del grupo PSA. Grupo donde ya están presentes las marcas Peugeot, Citröen, DS y Free 2 Move (oferta de servicios de movilidad).
El acuerdo, valorado en 2.200 millones de euros, convierte a PSA en el segundo grupo automovilístico europeo más grande, solo detrás del Grupo Volkswagen, con una participación del 17,7%. Ahora, con seis marcas, se espera que el volumen total de automóviles vendidos por Grupo PSA crezca en alrededor de 1,2 millones de unidades.
Para PSA, debería traer enormes beneficios en economías de escala y sinergias en compras, producción, investigación y desarrollo. Especialmente en el desarrollo de vehículos autónomos y de nueva generación de propulsores, donde los costes se pueden amortizar en un número mucho mayor de vehículos.
Liderada por Carlos Tavares, PSA espera lograr un ahorro anual de 1.700 millones de euros en 2026. Una parte importante de esa cantidad debería alcanzarse en 2020. El plan consiste en reestructurar Opel de la misma manera que lo hizo para PSA.
Recordamos que Carlos Tavares, cuando asumió en la cúspide de PSA, encontró una empresa al borde de la quiebra, seguida de un rescate estatal y venta parcial a Dongfeng. Actualmente, bajo su dirección, PSA es rentable y logra una rentabilidad récord. Del mismo modo, PSA espera que Opel / Vauxhall alcance un margen operativo del 2% en 2020 y del 6% en 2026, generando ganancias operativas a partir de 2020.
Un desafío que puede resultar difícil. Opel acumula pérdidas desde principios de siglo por valor de casi 20.000 millones de euros. La próxima reducción de costos podría significar decisiones difíciles como cierres de plantas y despidos. Con la adquisición de Opel, el Grupo PSA cuenta ahora con 28 unidades de producción repartidas en nueve países europeos.
Campeón europeo: crea un campeón europeo
Ahora que la marca alemana forma parte del portafolio del grupo, Carlos Tavares apunta a crear un grupo que sea campeón de Europa. Entre recortar gastos y combinar los costos de desarrollo, Carlos Tavares también quiere explorar el atractivo de un símbolo alemán. Uno de los objetivos es mejorar el desempeño global del grupo en mercados reacios a adquirir una marca francesa.
Se abren otras oportunidades para PSA, que también ve posibilidades de expansión de Opel más allá de las fronteras del continente europeo. Llevar la marca al mercado norteamericano es una de las posibilidades.
Después del acuerdo inicial en 2012 para el desarrollo conjunto de modelos, finalmente veremos el primer modelo completo en Ginebra. El Opel Crossland X, el sucesor del crossover del Meriva, utiliza una variante de la plataforma Citroen C3. También en 2017, deberíamos conocer el Grandland X, un SUV relacionado con el Peugeot 3008. De este acuerdo inicial también nacerá un vehículo comercial ligero.
Es el final de Opel en GM, pero el gigante estadounidense seguirá colaborando con PSA. Se firmaron acuerdos para continuar el suministro de vehículos específicos para el australiano Holden y el estadounidense Buick. También se espera que GM y PSA continúen colaborando en el desarrollo de sistemas de propulsión eléctrica y, potencialmente, PSA podría obtener acceso a sistemas de celdas de combustible a partir de la asociación resultante entre GM y Honda.