Las diferencias entre el consumo real y el anunciado continúan ampliándose

Anonim

Consumos y emisiones. Ha sido uno de los temas más comentados aquí en Razão Automóvel. Si desea mantenerse actualizado con el contenido más importante que cubrimos sobre este tema, estos son solo algunos ejemplos:

  • Todo lo que necesita saber sobre el nuevo ciclo de consumo y emisiones;
  • Sólo 15 modelos cumplen con los estándares de emisiones RDE de la "vida real";
  • ¿Realmente se van a acabar los motores diésel? Mira no, mira no…;
  • Dieselgate y emisiones: la posible aclaración.

Dada la actualidad del tema, no sorprende a nadie que todos los vehículos actualmente a la venta ofrezcan una cierta discrepancia entre el consumo homologado y el consumo real. Algo tan recurrente que se considera “normal”. Desde las marcas hasta los consumidores, todo el mundo está acostumbrado a vivir con estas discrepancias.

Sin embargo, estas discrepancias están asumiendo valores cada vez más preocupantes. Según la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, la discrepancia media del mercado ahora reside en la 42% (datos de 2015).

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Las conclusiones proceden de un estudio realizado por la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, que comparó los datos de homologación de vehículos con las pruebas realizadas por el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT) y con datos aportados por miles de automovilistas a través de la plataforma Spritmonitor. Estamos, por tanto, ante una muestra muy significativa.

¿Por qué “sube” esta discrepancia?

La discrepancia promedio sigue aumentando, año tras año, no solo por la creciente modernización de los motores, que permiten a las marcas “controlar” de manera más efectiva los parámetros del motor (sin romper ninguna regla), sino también por la presencia masiva de sistemas que en la década de 1990 (cuando se adoptó el ciclo NEDC) no se democratizó - vea la explicación de OICA aquí.

La dirección asistida eléctrica, el aire acondicionado, los sistemas de sonido, los GPS, los radares, etc. son todos sistemas que “roban” la eficiencia de los motores de combustión y disparan el consumo. Estos sistemas no se tuvieron en cuenta a la hora de estandarizar este ciclo de aprobación durante más de 20 años.

Culpa al ciclo NEDC

Según este estudio, las marcas están explotando cada vez más las brechas en el ciclo de aprobación de NEDC. En 2001, la discrepancia promedio entre el consumo real y el consumo aprobado fue solo del 9%, de 2012 a 2015, este promedio aumentó del 28% al 42%.

La estimación de este estudio es que en 2020 la discrepancia media del mercado será del 50%. Aunque con la entrada en vigor del ciclo de homologación WLTP (Procedimientos de Ensayo de Vehículos Ligeros Armonizados a Nivel Mundial), en el que parte de los ensayos se realizan en condiciones reales, esta cifra podría descender hasta el 23%.

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estudio completo aquí

Como mencionamos antes, en verdad, nadie gana con estas discrepancias. Ni marcas, ni estados, y menos consumidores. La Comisión Europea incluso ha aconsejado a los Estados miembros de la UE que revisen a la baja sus impuestos sobre las emisiones para que, una vez que entre en vigor el ciclo de aprobación del WLTP, no haya aumento de impuestos.

La verdad es que nadie se ve bien en fotografía. El poder político (Estados miembros, UE, etc.) y los constructores, a través de sus organizaciones (ACEA, OICA, etc.) hasta ahora han hecho muy poco para revertir esta situación. El ciclo WLTP tarda mucho en entrar en vigor y el ciclo RDE no llega hasta 2025.

Las marcas con mayores y menores discrepancias.

Entre las marcas consideradas en este estudio, la mejor (con la menor discrepancia promedio) es Fiat, con “solo” 35% de discrepancia. El peor, por un margen considerable, es Mercedes-Benz, con una discrepancia media del 54%.

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