El motor Wankel siempre estará asociado con Mazda. Fue esta marca la que ha madurado, casi exclusivamente, durante las últimas cinco décadas. Y esta semana se cumplen exactamente 50 años del inicio de la comercialización del Mazda Cosmo Sport (110S fuera de Japón), que no solo fue el primer deportivo de la marca japonesa, sino también el primer modelo en utilizar un motor rotativo de dos rotores.
Cosmo llegó a definir una parte importante del ADN de la marca. Fue el antecesor de modelos tan icónicos como el Mazda RX-7 o el MX-5. El Mazda Cosmo Sport era un roadster de arquitectura clásica: motor longitudinal delantero y tracción trasera. El Wankel que equipaba este modelo era un doble rotor de 982 cm3 con 110 caballos de potencia, que ascendía a 130 CV con el lanzamiento, un año después, de la segunda serie del modelo.
Los desafíos del motor Wankel
Debían superarse grandes desafíos para hacer de Wankel una arquitectura viable. Para demostrar la fiabilidad de la nueva tecnología, Mazda decidió participar con el Cosmo Sport, en 1968, en una de las carreras más duras de Europa, las 84 horas -repito-, la Maratón de la Ruta de las 84 horas en el circuito de Nürburgring.
Entre los 58 participantes se encontraban dos Mazda Cosmo Sport, prácticamente estándar, limitados a 130 caballos de fuerza para aumentar la durabilidad. Uno de ellos llegó hasta el final, terminando en cuarto lugar. El otro se retiró de la carrera, no por avería del motor, sino por un eje averiado tras 82 horas de carrera.
El Cosmo Sport tuvo una producción de solo 1176 unidades, pero su impacto en Mazda y los motores rotativos fue crítico. De todos los fabricantes que compraron licencias de NSU, el fabricante alemán de automóviles y motocicletas, para usar y desarrollar la tecnología, solo Mazda tuvo éxito en su uso.
Fue este modelo el que inició la transformación de Mazda de un fabricante principal de automóviles pequeños y vehículos comerciales a una de las marcas más interesantes de la industria. Incluso hoy, Mazda desafía las convenciones en ingeniería y diseño, sin temor a experimentar. Ya sea por las tecnologías, como el último SKYACTIV, o por los productos, como el MX-5, que recuperó con éxito el concepto de los deportivos pequeños y asequibles de los años 60.
¿Qué futuro tiene Wankel?
Mazda ha producido casi dos millones de vehículos equipados con trenes de potencia Wankel. E hizo historia con ellos incluso en la competición. Desde dominar el campeonato IMSA con el RX-7 (en la década de 1980) hasta el triunfo absoluto en las 24 Horas de Le Mans (1991) con el 787B. Un modelo equipado con cuatro rotores, con un total de 2.6 litros, capaz de entregar más de 700 caballos de fuerza. El 787B pasa a la historia no solo por ser el primer automóvil asiático en ganar la legendaria carrera, sino también por ser el primero equipado con un motor rotativo en lograr tal hazaña.
Tras el final de producción del Mazda RX-8 en 2012, ya no hay propuestas para este tipo de motor en la marca. Su regreso ha sido anunciado y denegado en múltiples ocasiones. Sin embargo, parece que aquí es donde puede regresar (ver enlace arriba).
