¿Tienes curiosidad por saber cómo se llevaron a cabo las pruebas en el Mercedes-Benz 190 (W201)?
Fue en 1983 cuando Mercedes-Benz lanzó una berlina que conservaba todas las cualidades de los coches de lujo, pero con unas dimensiones más contenidas. Directamente amenazada por la serie 3 de BMW (E21), la marca alemana se dio cuenta, justo a tiempo, de que un automóvil más pequeño pero igualmente lujoso encajaba perfectamente en las preferencias de los consumidores.
El Mercedes-Benz 190 (W201) supuso un cambio de paradigma de 180 ° en la marca Daimler. El “baby-mercedes” como se llamaba en su momento, prescindía de las grandes dimensiones y el ostentoso cromado que marcaba las creaciones de Mercedes-Benz. Además del nuevo lenguaje estilístico, hubo algunos aspectos pioneros: fue el primer automóvil del segmento en usar suspensión multibrazo en el eje trasero y suspensión McPherson en el delantero.
Con el fin de mantener los valores de confort, fiabilidad, tradición e imagen, el Mercedes-Benz 190E fue sometido a diversas pruebas de resistencia para asegurar que no comprometía ninguno de los valores antes mencionados. Durante tres semanas se realizaron pruebas de resistencia de los asientos, apertura y cierre de puertas (100.000 ciclos, simulando así el uso diario del 190E durante la vida útil del coche), maletas, capó, suspensiones… El Mercedes-Benz 190E incluso se sometió a pruebas climáticas, con termómetros que miden temperaturas que van desde el invierno en el Ártico hasta el verano en Amareleja; si nunca has visitado esta tierra en Alentejo, aprovéchala ahora porque el verano no es para todos.