Aunque actualmente es reconocido como uno de los mayores fabricantes de automóviles de Europa, Peugeot comenzó fabricando… molinillos de café. Sí, leen bien. Nacida como una empresa familiar, Peugeot pasó por diversas industrias hasta instalarse en la industria del automóvil, con la producción del primer motor de combustión a finales del siglo XIX.
Volviendo a los molinos, hacia 1850, la marca necesitaba distinguir las diferentes herramientas que fabricaba, por lo que registró tres logotipos distintos: una mano (para productos de 3ª categoría), una media luna (2ª categoría) y un león (1ª categoría). Como ya habrás adivinado, solo el león ha sobrevivido al paso del tiempo.
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Desde entonces, el logo asociado a Peugeot siempre ha evolucionado a partir de la imagen de un león. Hasta 2002, se realizaron siete modificaciones al emblema (ver imagen a continuación), cada una con un mayor impacto visual, solidez y flexibilidad de aplicación en mente.
En enero de 2010, con motivo del 200 aniversario de la marca, Peugeot anunció su nueva identidad visual (en la imagen destacada). Creado por el equipo de diseñadores de la marca, el felino francés ganó contornos más minimalistas pero a la vez dinámicos, además de presentar un look metálico y modernista. El león también se liberó del fondo azul para, según la marca, “expresar mejor su fuerza”. El primer vehículo en llevar el nuevo logo de la marca fue el Peugeot RCZ, lanzado al mercado europeo en el primer semestre de 2010. Fue, sin duda, la celebración de un bicentenario proyectado para el futuro.
A pesar de todas las modificaciones en el emblema, el significado del león se ha mantenido inalterado a lo largo del tiempo, por lo que sigue desempeñando perfectamente su papel como símbolo de “la calidad superior de la marca” y también como una forma de homenajear a la ciudad francesa de Lyon (Francia ).