El concepto C-Aircross es otro signo de los tiempos. Este SUV compacto, como lo define Citroën, anticipa al sucesor del C3 Picasso. El segmento de los monovolúmenes compactos se está moviendo rápidamente hacia el estado de especie en peligro de extinción, reemplazado por nuevos SUV compactos o crossovers.
El Citroën C-Aircross es un concepto cercano a lo que debería ser el modelo de producción, y adopta el mismo lenguaje visual introducido por el C4 Cactus y evolucionado por el nuevo C3 entre otros conceptos. Este lenguaje, contrariamente a las tendencias imperantes, no apuesta por la agresividad, prescindiendo de bordes, pliegues o rejillas capaces de succionar pequeños animales. Para ello, utiliza transiciones suaves entre superficies, con curvas de generoso radio, y los elementos que componen la carrocería están definidos por esquinas redondeadas.
Es posible que el aspecto agresivo esperado no esté allí, pero el C-Aircross adopta formas de SUV gracias a una parte inferior de aspecto más robusto, revestida con un patrón negro de camuflaje que envuelve toda la carrocería. Las generosas llantas de 18 pulgadas y la mayor distancia al suelo refuerzan la conexión con el mundo de los SUV.
Como en el nuevo C3, el uso del contraste cromático es fundamental para la apariencia más juvenil e incluso divertida que caracteriza a este lenguaje. En el C-Aircross podemos ver pequeños acentos en naranja brillante -o Coral Fluorescente como lo llama Citroën- en el contorno de las ópticas delanteras o en el pilar C, que integra una rejilla formada por palas, con efecto aerodinámico.
La aerodinámica y los SUV no suelen ser compatibles, pero Citroën se ha esforzado por hacer que el C-Aircross sea lo más fluido posible, con especial cuidado puesto en el diseño de las superficies, con presencia de elementos como tomas de aire en la parte delantera y correspondiente salida en el lateral, integrado en los Airbumps y la presencia de un difusor trasero.
Las dimensiones del C-Aircross (4,15 m de largo, 1,74 m de ancho, 1,63 m de alto) lo sitúan definitivamente en el segmento B, no muy diferente al del C3 Picasso.
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El C-Aircross no tiene pilar B, siendo las puertas traseras del tipo suicida. Una característica que debe seguir siendo exclusiva de este concepto y que permite acceder a un interior lleno de color y luz, con techo panorámico y cuatro asientos individuales. Los asientos, aparentemente suspendidos, tienen un aspecto sustancial, estilo sofá, una referencia de Citroën. Destacar también para los altavoces en los reposacabezas y lugares de almacenamiento en paneles específicos en la parte trasera y laterales de los mismos.
El panel de instrumentos se reduce a un "panel de visión frontal", es decir, una pequeña pantalla ubicada directamente en la línea de visión del conductor. Otra pantalla táctil de 12 pulgadas se encuentra sobre la consola central, lo que le permite controlar la mayoría de las funciones.
El C-Aircross, a pesar del aspecto SUV, sigue teniendo tracción solo en dos, pero viene equipado con el sistema electrónico Grip Control, que optimiza la tracción en los más diversos escenarios.
El Salón del Automóvil de Ginebra en marzo servirá como escenario de debut para el concepto C-Aircross.