El Mazda MX-5 es el roadster más exitoso de todos los tiempos, con más de un millón de unidades vendidas durante cuatro generaciones. Y por muy buena que sea la fiabilidad por la que se le conoce, el tiempo acaba dejando sus huellas.
Los primeros ejemplares del MX-5 - generación NA - ya tienen 28 años, pero aun así, muchos de sus propietarios se niegan a renovarlos. Quieren seguir guiándolos y de forma regular.
Mazda escuchó a sus clientes y lanzó un programa de restauración para el MX-5 NA. Ya hemos visto programas de restauración similares de otros fabricantes, Jaguar Land Rover, Mercedes-Benz, BMW, por nombrar algunos, pero para un modelo tan asequible como el Mazda MX-5, debería ser el primero.
El programa se divide en dos tipos de servicio. El primero está dedicado a la restauración de todo el automóvil. Al preguntar a los clientes qué quieren de su Mazda MX-5, la marca japonesa garantiza un regreso a un estado lo más cercano posible al original. Para garantizar la calidad del servicio, la marca buscará la certificación de garaje de automóviles clásicos de TÜV Rheinland Japan Co., Ltd.
El segundo servicio de su programa está dirigido a la reproducción de piezas originales. Entre las piezas seleccionadas, Mazda volverá a producir capotas, volantes Nardi en madera y la perilla de la palanca de cambios en el mismo material. Incluso los neumáticos del primer MX-5, el Bridgestone SF325 con las medidas originales - 185/60 R14 -, se volverán a fabricar.
La marca continuará cuestionando y escuchando a los propietarios de Mazda MX-5 NA para decidir qué otras partes deben reproducirse.
No todo son buenas noticias
El programa de restauración comienza este año, con Mazda tomando el MX-5 directamente de los propietarios. El proceso de restauración en sí y la reproducción de piezas comenzará en 2018. Sin duda, esta es una buena noticia para aquellos que desean mantener sus MX-5 en la carretera durante muchos años.
Solo hay un problema. Para los interesados, el programa de restauración se llevará a cabo exclusivamente en las instalaciones de Mazda en Hiroshima, Japón. Logística y financieramente, enviar el automóvil al otro lado del planeta podría resultar problemático. Y en cuanto a las piezas, todavía no hay información disponible sobre cómo se pueden adquirir.